Me ha impactado ver y escuchar hoy el gran funeral que se le ofrendó al General José Bernales, quien desde el año 2005 asumía este tan alto cargo en la institución de Carabineros de Chile.
Creo que un hombre cristiano se da a conocer de una manera simple, sin grandes halagos, haciendo un trabajo silencioso, pero siempre en pro de los demás, esto es lo que al parecer logró su impronta en la labor que realizó en estos años como General, pues su más cercanos estaban quizás, con esa gran interrogante, por qué llegó su padre a ser tan querido; pero la respuesta vino muy pronto, pues el pueblo le ha reconocido como un hombre trabajador, muy preocupado de todos quienes eran parte de esta rama del servicio público, fime y recto en su proceder, cristiano y por sobre todo preocupado del prójimo.
Es posible que como dijo su hijo, en nuestro país falten personas que en realidad se ofrescan al servicio público sin esperar grandes recompensas, pero la situación política, social, cultural de este Chile ha cambiado y hoy prevalecen valores que son más importantes; el consumir, el parecer, están por sobre ellos y el SER cuándo.
Un buen momento para reflexionar y hacer un análisis interno en cada uno de nosotros, cuánto es lo que somos capaces de dar y, realmente somos empáticos, podemos ponernos en el lugar del otro o sólo estamos en esta vida para disfrutar egoístamente y vivir nuestra vida, sin pensar en los demás. A recapacitar, nuestro país necesita de la generosidad de todos.