Creo que mientras más organizada les tenemos la vida a nuestros hijos, más sorpresas nos llevamos a diario, con su actitud y desmotivación, pues les estamos dando todo en la mano, sin que ellos comprueben por sí mismos lo que significa ganarse las cosas y no entregáselas hechas a su medida. Probablemente esa sea una de las causas por las que según estudios presentados, muchos jóvenes desertan en la Educación Superior, algunos especulan ya, que los planteles privados no cuentan con suficiente apoyo económico y eso hace que el adolescente abandone sus estudios hasta en tercer año de su carrera, pero creo objetivamente y por la experiencia de trabajar con jóvenes y de haber realizado clases en instituciones de Educación Superior de nivel Técnico, que ellos no están preparados para enfrentar fracasos, se deprimen con facilidad, y las exigencias universitarias o técnicas les agobian de tal manera que no hacen frente al hecho de ser responsables de su quehacer educativo; su desorientación al tomar la iniciativa de estudiar llega a tal extremo que en muchas ocasiones son los padres los que les entregan la carrera lista, sin conocer verdaderamente su vocación, aptitudes e intereses respecto a los estudios superiores.
Además, es necesario acotar que la deserción no es la misma en las instituciones del Consejo de Rectores y eso sucede, porque los jóvenes en dichas instituciones se han ganado un cupo para ingresar y eso lo valoran, ha sido el producto de su sacrificio durante cuatro largos años de educación media, en que ya tenían muy claro que sus intereses iban por la Universidad tradicional y que la única forma era estudiar y rendir una buena PSU, acompañada de sus notas.
El cuadro entregado a continuación lo grafica más claramente:
Carrera U. Privada U. Tradicional
-
Derecho 56% 29%
-
Medicina 30% 6%
-
Odontología 29% 9%
-
Ingeniería Comercial 43% 34%
-
Pedagogía Básica 40% 24%
-
Ingeniería Comercial 43% 34%
-
Periodismo 42% 27%
Los porcentajes en la Universidad estatal están dentro de los rangos normales, pero se escapan en las Universidades privadas, y creo que ese análisis debe hacerse más a conciencia y buscar las verdaderas causas que, por cierto, no son económicas únicamente, sino que muchas son de exclusiva responsabilidad de nosotros como padres, por no dejar crecer a nuestros hijos y enfrentarlos a la lucha permanente por sus logros, que aprendan a ser hijos del rigor y la constancia, para el logro de sus metas y objetivos.